La exfoliación facial es uno de los principios básicos de belleza y tiene un papel fundamental en el cuidado de la piel.
Mediante este procedimiento retiramos las células muertas que se acumulan en la epidermis y aceleramos la regeneración celular. De este modo, conseguimos una piel más luminosa y especialmente limpia, ideal para absorber de modo óptimo los productos que nos apliquemos a continuación.
Es muy aconsejable, por tanto, que la exfoliación forme parte de nuestra rutina de belleza.
¿Cómo realizar una correcta exfoliación?
Los pasos a seguir son muy sencillos:
-Empieza por humedecer el rostro con agua templada. Así, la piel se ablandará y los poros se abrirán.
-Aplica a continuación el producto exfoliante con movimientos suaves, circulares y ascendentes. Hay que evitar el contorno de ojos ya que en esta zona la piel es más sensible.
-Retira ahora el producto con agua tibia.
-Para terminar, lo ideal es aplicar una mascarilla hidratante, revitalizante, calmante o astringente, dependiendo del tipo de piel.
¿Con qué frecuencia debemos hacerlo?
Depende del tipo de piel. Aconsejamos realizarla una vez por semana con un exfoliante suave, si tu piel es normal. En caso de pieles sensibles o finas, conviene hacerlo cada quince días, ya que exfoliarla más a menudo podría irritarla innecesariamente.
Pingback/Trackback
Ácido glicólico: un exfoliante perfecto
Pingback/Trackback
El escote: una zona muy delicada que requiere cuidados especiales
Pingback/Trackback
Prepara tu piel para estas fiestas
Pingback/Trackback
¿Sabes cómo influye tu alimentación en la piel?
Pingback/Trackback
Consejos para recuperar y revitalizar tu piel después del verano
Pingback/Trackback
Consejos para lucir un rostro sin brillos incluso en verano
Pingback/Trackback
En primavera, cada tipo de piel tiene sus necesidades
Pingback/Trackback
La piel grasa en invierno: cuidados especiales
Pingback/Trackback
Dermapunto | ¿Sabes cómo influye tu alimentación en la piel?