Con los cambios de estación la piel sufre: el frío, el calor y el viento deterioran nuestro cutis. Después del verano, normalmente la piel se reseca y pierde luminosidad. Por ello, en esta nueva estación es muy importante tratar de reducir los daños ocasionados por el sol y el calor.
Hoy os proponemos una sencilla rutina de belleza para reparar vuestra piel.
Limpieza facial: en esta época del año es aconsejable hacerse una limpieza facial para eliminar las impurezas y preparar la piel para la nueva estación.
Por la mañana: utiliza una crema hidratante con protección solar. Recuerda que las cremas deben aplicarse en el escote, el cuello y la cara, y siempre con movimientos ascendentes. Nunca debes ponerte crema en el contorno de ojos. Esa zona requiere un cuidado específico, especialmente a partir de los 30 años.
Por la noche: llegando a la treintena es recomendable utilizar una crema nutritiva, que te aportará elementos necesarios para tu piel como vitaminas, aminoácidos, aceites y agua. Además, previene la formación de líneas de expresión y arrugas.
Diariamente: acostúmbrate a desmaquillarte 2 veces al día con jabón facial o leche limpiadora y, a continuación, ponte un tónico.
Dos veces por semana: realiza una exfoliación para eliminar las células muertas y regenerar la epidermis. Si tienes la piel sensible es aconsejable utilizar un exfoliante suave.
Una vez a la semana: aplícate una mascarilla. En el mercado existe una amplia gama de tratamientos dependiendo de lo que necesite tu piel: mascarillas oxigenantes, antiedad, vitamínicas, específicas para pieles sensibles…
Si tu piel tiene algún tipo de marca, cicatriz, o ha sufrido algún daño ocasionado por el sol, es recomendable utilizar un producto regenerante antes de aplicar tu crema diaria.