La vinoterapia consiste en la utilización de uva, mosto o vino directamente, o bien productos cosméticos elaborados a partir de éstos, para el cuidado de la piel.
Los tratamientos más utilizados incluyen baños y masajes y suelen comenzar con una exfoliación para eliminar las células muertas y facilitar así la absorción y penetración del producto.
Su origen se sitúa en Francia, a principios de los años 90, y cada vez son más los centros de estética, balnearios y spas españoles que incorporan esta técnica a su carta de tratamientos, especialmente aquellos que se encuentran en zonas vinícolas relevantes (Rioja, Ribera, Priorat, …) y conectadas al turismo en torno al vino.
La vinoterapia está basada en las propiedades cosméticas de la uva y sus derivados:
-La uva tiene un elevado contenido en polifenoles, que son compuestos químicos caracterizados por su alto poder antioxidante. Gracias a ellos es posible inhibir los negativos efectos de los radicales libres, responsables del envejecimiento celular y, por tanto, de la aparición de arrugas.
-Los flavonoides presentes en la uva y sus derivados también tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios; además, aumentan la resistencia capilar mejorando así la circulación sanguínea.
-Las pepitas de uva contienen ácidos grasos esenciales que el organismo necesita para mantener en buen estado los tejidos. Por ello, los aceites elaborados a partir de estas semillas nutren la piel y le aportan firmeza y suavidad.
Como consecuencia de las propiedades anteriores, a los tratamientos de vinoterapia se le atribuyen diversos efectos:
-Retrasan el envejecimiento celular, aportando vitalidad y energía a la piel.
-Tonifican e hidratan la piel.
-Ayudan a mantener su elasticidad y firmeza.
-Mejoran la circulación.
-Liberan tensiones y proporcionan una agradable sensación de relax.
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Ingredientes naturales en cosmética I: frutas